Cuando uno escoge una lectura, la escoge pensando en una serie de libros similares que están en la misma vena y que te encantan. Cuando escogí "El dios de los finales" lo hice porque muchos lo comparaban con "Entrevista con el vampiro" en donde se contaba la historia de una Vampira que se encarga de un colegio preescolar en New York.
Al final de esta página pueden leer los detalles de la sinopsis y de la novela, pero ahora, vengo a contarles mi parecer sobre la misma.
Creo que esperaba mucho de ella. Así de simple. Que la comparen con "Entrevista con el vampiro" la pone por encima de una liga en mi mente que no se compara con nada. La pluma de Holland no es igual de sentida o florida que la de Anne Rice.
Me costó sentir empatía por Anna/Anya/ Collette porque era como que no entendía como a todo ella le huía. Cada uno de los episodios de su vida acaban por ella huyendo, así que el patrón se notaba a la legua cuando finalmente decide escuchar a su cuerpo y lo que busca.
Cuando llegó el final... solo me dije: "¡Es que esta mujer no aprendió nada de Entrvista con el vampiro! y claramente parece que no porque decide lo que decide y nos quedamos mirando el vacío con expresión: "Esto puede salir muy mal Collete".
La prosa es linda, tiene todo lo gótico que te puede llegar a gustar de una historia de vampiros pero hay algo raro en la naturaleza del ser y es que no está muy definido: sabemos que no les hace mal la luz del sol, que tienen como dientes retráctiles como los de una víbora y muy pocas cosas mas. A mi no me cerraba como comienza con una niña y cómo luego Collette podía hacerse cargo de una escuela de niños... rarísimo si me lo preguntan.
En ese sentido el tiempo tiene una cualidad onírica que te va llevando de una manera muy linda pero su relación con Chernabog, el supuesto dios de los finales, me pareció un poco desaprovechada. Yo esperaba que hubiera una confrontación y en ese aspecto me hubiera gustado que hubiera estado mas personificado, es decir un mejor personaje.
No es un mal libro, pero no es Entrevista... a veces tengo que darme cuenta que es muy difícil para una llegar a los niveles de preciosismo de Anne Rice. Ella se me hizo un poco Louis, escapando a su naturaleza vampira y rodeándose de limitaciones en su apetito.
A mi criterio le faltó mas amor... un poco mas de vida. El estilo del libro es lento y la conclusión no es satisfactoria para lo que presentó. Es como si hubiera esperado hacer una secuela. Ese fue mi sentimiento.
Solo para fan de las historias de vampiros atmosféricas y lentejas.
⭐⭐⭐ de 5
Collette LeSange es una artista solitaria que regenta una escuela de bellas artes de élite para niños al norte del estado de Nueva York. La belleza de su juventud oculta la oscura verdad de su vida: ha soportado siglos de caos y dolor después de que su abuelo, mucho tiempo atrás, decidiera hacerla inmortal como él. Ahora, en 1984, la vida de Collette se pone patas arriba con la llegada de un niño dotado de talento que proviene de un hogar con problemas, el regreso de una presencia que la acecha desde el pasado y su propia sed de sangre, cada vez más voraz. Al combinar una prosa increíble con una intriga sobrecogedora, El dios de los finales explora la condición humana con toda su complejidad y nos formula la pregunta más fundamental de todas: ¿la vida en este mundo es un regalo o una maldición?
«Sobrecogedora y evocadora, esta novela es un bello viaje a través de los siglos de una vida de lo más singular. Explora el dolor de la pérdida y el luto, así como la fragilidad y la resistencia paradójicas del amor. Despierta preguntas intensas que dan que pensar sobre la maternidad y los modos de vida, y sé que el final se quedará conmigo durante mucho tiempo, en el mejor de los sentidos».
— Jennifer Saint, autora de Electra y Ariadna