Como muchas veces en mi relación con el cine, estoy sola con mi computadora y una recomendación para mi (en ese momento) trabajo como ayudante de cátedra de Géneros y Estilos en la Unla, "Informarme y formarme respecto a Agnes Vardá". Como contaba, estaba sola con mi computadora y con una copia muy buena de Cleó de 5 a 7. Así que no estaba realmente sola, estaba acompañando a Corinne Marchand... Cleo, hermosa y atractiva por donde se la mire, registrada con una maestría que yo creo Noah Baumbach deseaba para su Frances Ha.
Lo malo cuando uno es cinéfilo es que todo te emociona cuando es una obra maestra. Que tal plano, que la confluencia con la música, que la historia con el soldado enviado a Argelia. TODO TAN MARAVILLOSO y lo mas interesante, es que en esa troupé de nombres masculinos como Godard, Trufaut, Chabrol, Rohmer y Demy, esto lo había dirigido una mujer, una pequeña (en estatura) gran mujer: Agnes Vardá.
No les puedo explicar lo que significa para una encontrar modelos que te validan y te inspiran. Modelos que te hacen decir: ¡Ella pudo! Entonces, ¡Yo puedo! y no me refiero solo a su orientación política y su militancia siempre por las voces enmudecidas de la sociedad.
Esa noche, sola con mi computadora yo descubrí que no era tan loco que una mujer se cargara la mochila de directora y realizadora audiovisual.
Mas tarde siguieron Las playas de Agnés y me encontré con su frescura, con su relación con Demy con su vida y le perdí el miedo a la perfección y la calidad del vídeo con la que tanto me habían machacado en la carrera... si no es HD no sirve, si no es fílmico no es cine... lo que Agnes podía contar con su cámara de vídeo es realmente la envidia de muchos otros que gozan de todos los recursos del planeta y hacen producciones vacías y sobre todo carentes de corazón.
Siempre idealicé a la Nouvelle Vague porque creo que parte mía, siempre quiso experimentar esa libertad en todos los sentidos artísticos que se vivía en esos momentos. Hoy se me fue un pedazo de ese ideal. Pero creo que su quijotesca influencia en el mundo del cine, sobrevivirá para siempre. Mi pequeña pelirroja recolectora de imágenes.
Gracias por haber existido para mostrar que una puede ser una artista integral y ser dueña de su propio nombre. GRACIAS AGNÉS.
Lo malo cuando uno es cinéfilo es que todo te emociona cuando es una obra maestra. Que tal plano, que la confluencia con la música, que la historia con el soldado enviado a Argelia. TODO TAN MARAVILLOSO y lo mas interesante, es que en esa troupé de nombres masculinos como Godard, Trufaut, Chabrol, Rohmer y Demy, esto lo había dirigido una mujer, una pequeña (en estatura) gran mujer: Agnes Vardá.
No les puedo explicar lo que significa para una encontrar modelos que te validan y te inspiran. Modelos que te hacen decir: ¡Ella pudo! Entonces, ¡Yo puedo! y no me refiero solo a su orientación política y su militancia siempre por las voces enmudecidas de la sociedad.
Esa noche, sola con mi computadora yo descubrí que no era tan loco que una mujer se cargara la mochila de directora y realizadora audiovisual.
Mas tarde siguieron Las playas de Agnés y me encontré con su frescura, con su relación con Demy con su vida y le perdí el miedo a la perfección y la calidad del vídeo con la que tanto me habían machacado en la carrera... si no es HD no sirve, si no es fílmico no es cine... lo que Agnes podía contar con su cámara de vídeo es realmente la envidia de muchos otros que gozan de todos los recursos del planeta y hacen producciones vacías y sobre todo carentes de corazón.
Siempre idealicé a la Nouvelle Vague porque creo que parte mía, siempre quiso experimentar esa libertad en todos los sentidos artísticos que se vivía en esos momentos. Hoy se me fue un pedazo de ese ideal. Pero creo que su quijotesca influencia en el mundo del cine, sobrevivirá para siempre. Mi pequeña pelirroja recolectora de imágenes.
Gracias por haber existido para mostrar que una puede ser una artista integral y ser dueña de su propio nombre. GRACIAS AGNÉS.
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