"Gracias a este film entendí el significado de cine nautalista, y sobre todo aprendí a maravillarme con la simpleza de Eric Rohmer"
Cuentos de Otoño es tan encantadora, con aire de cine de cámara, pequeña, simple,anecdótica y sin embargo excelente. La fotografía, el vestuario y los escenarios se visten de otoño con sus colores característicos.
Ambientada en la pacífica e idealista campiña francesa, se cuenta la historia de varios personajes que oscilan alrededor del personaje protagónico que se llama Magalí, una señora de cuarenta y pico de alos, soltera, dueña de un viñedo del cual se encarga y se encuentra próximo a la vendimía.
Magalí cuenta con la soledad de compañía, y es por eso que su mejor amiga de toda la vida y la novia de su hijo que ve en la figura de Magalí una especie de alter ego, ella como se proyecta 20 años en el futuro en lugar de una suegra, intentarán emparejarla cada una a su manera. Una con la impulsividad de una chica de 20 años y la otra con la precaución de una amiga de cuarenta.
Sin embargo, pese a eso no es un film romántico, sino que se trata sobre las relaciones humanas, la amistad, la vida y la vid. ¿podrá una mujer que se acostumbró a la vida campestre, y a las excusas para no continuar con su vida, liberarse de la compañía de la soledad?
Es alegre, maravillosa y pacífica, mucho mejor que Sideways con la cual tiene muchas cosas en común y al verla una comprende la diferencia entre un director de cine americano independiente, y un autor, director artista del cine frances:
Una es patética y fria como un vino barato y la otra es una experiencia que enaltece los sentidos y te transporta al lugar de denominacion. Sin dudas (lastima que se nos fué pero que legado nos dejó) Rohmer era un maestro para mostrar esa mirada nostálgica, esa especie de canto a la naturaleza y sobre todo a la tranquilidad del espiritu.
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