Bien podría tratarse de un film japonés en que el que se habla francés por momentos o un film francés en el que se cuenta un relato japonés .Yuki & Nina, al igual que sus realizadores Nobuhiro Suwa y Hippolyte Girardot tienen sus raices en Japón y Francia respectivamente.
La historia de amor que comparte el cine francés y el cine nipon proviene de varias décadas atrás y en este bafici podemos encontrar otro ejemplo de esto en Visages, homenaje al cine de Truffaut con la actuación de Antoine Doinel en el film, es decir, Jean Pierre Leaud.
Yuki y Nina es una ternura y a diferencia de Los 400 golpes (cuyo post viene en instantes nomás) uno no puede hecharle la culpa a los adultos del sufrimiento infantil de hecho, porque para los adultos les cuesta tanto como a los niños y por lo menos intentan llevarse con sus hijas, Yuki y Nina y su visión del mundo adulto es un poquito más esperanzadora que la de Antoine Doinel.
Es excelente como los directores plasman esa especie de ingenuidad mezclada con franqueza con la que las protagonistas de este film ven el mundo. ¿Por que la gente hace cosas que los entristese? ¿Por que buscan complicarse la vida? Una especie de Cuenta Conmigo a lo franco-japonés y mas enternecedora que su colega norteamericana. Sin embargo aunque el film al igual que sus protaginas podrian dividirse en francés primero y japonés después. En su intento naturalista y homenaje a Rohmer el film tiende a desvirtuarse (cosa que Rohmer no hacia) hacia el final de la historia, con una coda bastante poética y pausada al mejor estilo postal japonesa, que no aporta demasiado, aunque se vea hermosa. (Cosa que si hacen los realizadores orientales)
Yuki (Noë Sampy) es una nena tan dulce y bella que podría haber salido de un animé, y Nina (Arielle Moutel) es tan francesa e intempestuosa desde chiquita que ya es toda una Julie Delpy en miniatura.
Esto es todo de Bafici por hoy y si tienen la oportunidad no se pierdan el film con entradas agotadas para todas las funciones del festival!
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