Por su parte, Jorge Carnevale comienza su columna de esta semana de la edición impresa de Ñ con la siguiente idea: “Hasta los años 60, la gente iba al cine a entretenerse, a pasarlo bien. (…) Después llegó el cine de autor y se complicó todo. Irrumpió el cine de arte y ensayo, de ‘expresión’”. He aquí una gran verdad: no me refiero a lo de “se complicó todo”, ni a la datación utilizada, ni a la velada inferencia de que no se va al cine hoy a “pasarla bien”, sino a estas seis palabras: “después llegó el cine de autor”. Es decir, antes no había cine de autor. Sólo retrospectivamente, David Wark Griffith fue considerado un “autor”, en el sentido de lo que entendemos hoy por esa palabra. Lo mismo vale para los Lumière o para Georges Méliès.Hablá con propiedad "Fernando Bruno": los autores existían, siempre existieron. ¿Griffith? Einsestein, Hitchock, Wells, De Mille, Jean Renoir ¿eran extraterrestres? Todos ellos existieron antes de la Nouvelle Vage; lo cierto que el público que iba al cine iba a ver la "ultima de Hitchcock". Entretenimiento y arte es una discusión interminable que no viene al caso de "cine de Autor o no cine de Autor", uno puede entretenerse con un film de De Sica y sin embargo De Sica era un autor.
Lo cierto es que fue a partir de los sesenta con Bazin y Cahiers du cinema que se comenzó a popularizar el analisis del cine en relación a las características estilisticas de sus directores. Ellos decian "Si un Shakespeare es un Shakespeare, y un Picasso es un Picasso por qué no un Hitchcock no va a ser un Hitchcock"
Sin dudas, el cine es más heredero de las ferias y los espectáculos circenses que del arte tal como se lo conocía a finales del siglo XIX. Tuvo sí, un período que se podría denominar “artístico”, cuyo origen podría ubicarse en las apropiaciones y manipulaciones surrealistas de la imagen cinematográfica y, prácticamente en paralelo, en los films del ciclo expresionista de Murnau y Lang, y el Caligari de Wiene, por supuesto. No estoy para nada convencido que estas dos tendencias constituyan un núcleo común con el “cine de autor” de los sesenta, pero sí de que en conjunto dan cuenta, al menos tangencialmente, de un intento por tratar al cine como un “arte”.
El cine es un medio artístico y una industria por lo que el cine es arte y entretenimiento. El teatro era ambulante y circence en la edad media, y no por eso se lo menosprecia de su lugar de arte. Los intentos de la vanguardia, no se afianzaron como movimientos para marcar tendencias en la historia del cine comparables a la de la Nouvelle Vage, quedaron en experimentos y sirvieron como influencia lejana de lo que podría ser. Uno ve en el Expresionismo Alemán al abuelo del cine de terror y ciencia ficción pero ellos no se plantearon así. La Nouvelle vage si se planteó cambiar el concepto del cine.
En otras palabras es una cuestión semiotica: autores siempre existieron, sólo que el eje estaba puesto en las productoras, y el sistema. Los sesenta no inventaron a los autores, los sesenta cambiaron el modo de ver las cosas. Si para vos todo lo anterior a la Nouvelle Vage no es cine de autor, entonces alguien necesita re-leer los cahiers du cinéma, para saber cual era el cine que defendían.
En realidad, en todas las disciplinas artísticas el ciclo “de autor” “llega después”. Pensemos si no en los orígenes de la pintura, la música, la poesía, e incluso la fotografía, completamente ajenos a la idea de "autor". Queda por discernir entonces, si tanto para las artes plásticas como para el cine es ése en la actualidad un período terminado o no.
Siempre cuesta mas analizar desde la inmediatez, pues desde la inmediatez, un Picasso, un Van Gogh, resultaban horrorosos, fue el paso del tiempo el que permitió apreciarlos como tales. Lo mismo se puede decir de la labor de la Nouvelle: ellos retomaban films olvidados, o que habían convertidose en "fracasos" (de taquilla) para re-veerlos y re- valorizarlos como obras de arte y cine de autor.
Lo más impresionante de Cahiers du cinema es que supieron también criticar su inmediatez, mas allá de la Nouvelle; Truffaut vio un autor en Spielberg y por eso participó como actor en "Encuentros cercanos del tercer tipo" y sin embargo Godard piensa que esresponsable de arruinar el cine.
Lo cierto es que años sesenta o no años sesenta, el público prefiere ir a entretenerse, nadie correrá a una sala a ver la última de Resnais a menos que tenga la cultura suficiente como para saber quien era. Pero todos irán corriendo a ver los ultimos espejos de colores que Hollywood les quiere vender, ahora en 3D.
Con la post-modernidad, no hay un después, un principio, un final, períodos que empiezan o terminan, hay un mientras tanto poblado de tendencias que conviven entre sí: los autores conviven con el sistema, el cine con la tv, y el arte con youtube. No hay un camino, hay mil y todos son igual de válidos. Nada mas ni nada menos.
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